Barrera de defensa natural, marco de los ojos, funcionales, pero también estéticas, las pestañas tienen su razón de ser. Su presencia es tan fundamental como imperceptible: cuando se caen, por una u otra razón, es cuando suele advertirse su importancia.
Pero a no alarmarse, porque son menos vulnerables de lo que parecen. Más allá de que su presencia enmarca y agranda la mirada, son una defensa y existen para que los ojos no se irriten. Son raros los casos donde faltan desde el nacimiento y, si bien con el paso de los años disminuyen su densidad, son patológicos los casos en que se pierden totalmente.
VITAMINAS, AMINOÁCIDOS
Al igual que con el pelo, la falta de vitaminas y nutrientes en la dieta pueden ser causales de su caída. Para evitarlo, es importante incluir en ella vitamina A y aminoácidos. La primera se encuentra en abundancia en las verduras coloridas: remolacha, zapallo, zanahoria y vegetales de hojas verdes; en tanto, los aminoácidos sólo están presentes en la gelatina.
La caída de las pestañas también se puede deber a factores emocionales o a algún tratamiento que baje las defensas. En estos casos, la recuperación es veloz, una vez superado el motivo. Para revertir esta situación, a diferencia de lo que sucede cuando el pelo se cae, no se puede recurrir a productos de tratamiento locales, porque se dañarían los ojos. De modo que hay que esperar el tiempo de recuperación, que puede tardar desde dos meses hasta un año, según cada organismo.
Sólo en casos extremos, un tipo de la alopecia produce pérdida de pelo en pestañas, cejas y cabeza, aunque hay distintos grados y no siempre caen de todas las zonas. Se trata de una enfermedad inmunológica en la que puede tener incidencia el estrés, y se cura en forma espontánea o con tratamiento, según el caso. Una vez pasada la enfermedad, el pelo vuelve a crecer.
Ciertos hábitos también pueden influir en la pérdida de pestañas. Uno particularmente negativo es el de la tricotilomanía, es decir, aquel que lleva sin querer a la persona a tironearse las pestañas (la patología incluye, además, tirones a cejas y pelo). El pelo así perdido es de difícil recuperación, porque resulta de un traumatismo en su raíz. De ahí que entonces se necesite, más que nada, un tratamiento de índole psicológica para revertir la autoagresión.
En cuanto a los hábitos cosméticos, hay algunos productos de mala calidad, rímeles por ejemplo, que pueden inflamar sus orificios de salida y favorecer su caída. También el uso constante de cosméticos es capaz, en algunos casos, de generar alteraciones en la calidad de la pestaña.
No obstante, si bien el uso de máscara de pestañas no es causante de caídas, es aconsejable evitar aquéllas muy espesas y a prueba de agua, porque al ser más difíciles de retirar dan lugar a mayores tironeos. Los especialistas recomiendan elegir una máscara hidrosoluble (aquellas que se van con el agua). También, aplicar una sola capa, y no una sobre otra.
El hábito que sí se desaconseja totalmente es el de emplear pinzas para curvarlas, mecanismo que puede producir una alopecia por tracción. El tironeo de las pestañas provoca un traumatismo en la raíz del pelo, que impide que crezca. Un efecto similar puede llegar a generar el empleo de pestañas postizas que, al ser retiradas, tironean las propias.
Lo fundamental de las rutinas diarias es retirar la máscara de pestañas, para evitar una inflamación de la conjuntiva, a nivel del ojo. Los productos más adecuados para esta tarea son aquéllos en gel o en suero, que están testeados dermatológicamente, no causan daño ocular, y son los más eficaces en su función. También son eficaces los demaquillantes oleosos, que facilitan la limpieza sin tironear.
Pero la gran pregunta es si las pestañas vuelven a crecer una vez perdidas. Sí, siempre que no se haya dañado el folículo piloso por un traumatismo. Si por una operación de ojos hay que cortarlas, volverán a crecer, aunque el período es largo.
En cuanto a los cuidados que pueden ayudar a que las pestañas estén sanas y se luzcan más, son bienvenidas las cremas lubricantes, que mejoran su calidad, muy especialmente en el caso de las razas orientales cuyas pestañas son más duras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario