Si estas pensando en una cirugia plastica;esto es para ti

Hablemos claro: la cirugía estética, por muy frívola que la queramos ver, o por muy trivial que parezca, no deja de ser un procedimiento quirúrgico que implica entrar en un quirófano, con los riesgos que conlleva. Vamos a dejar aparte la polémica sobre si está bien o no, o de si es mejor la belleza natural que la "diseñada a medida". Hoy quiero hablaros de ciertos riesgos a la hora de someterse a una intervención estética de los que no se suele hablar, aunque pienso que se debería.
Mala cicatrización
No es ya una cuestión de pericia o prestigio del cirujano (que, por supuesto, sí que importa y mucho). Es algo genético: si cicatrizas mal o formas queloides, piénsatelo mucho antes de operarte, especialmente si es de pecho o en zonas muy visibles.
Aparición de grasa en nuevas zonas después de una liposucción
Cuidado con este punto, no quiere decir que la grasa se mueva por el cuerpo, sino que, si después de una liposucción, por ejemplo, en el abdomen, engordas, la grasa se dirigirá a otras zonas. El motivo es muy sencillo: mediante la lipo se eliminan células grasas de, digamos en este caso, el abdomen. A la hora de volver a acumular grasa, esta lo hará en zonas en las que sigue habiendo un 100% de células grasas: brazos, glúteos, cartucheras, etc.
Esternón hundido
Es el caso, por ejemplo, de Tori Spelling. Quizá te has fijado en el aspecto terriblemente artificial de su escote tras un aumento de pecho, pero pese a lo que pueda parecer, no es culpa del cirujano, sino de su cuerpo: tiene el esternón hundido, uno de los motivos más comunes de regreso a la consulta tras esta intervención. Con el pecho natural (pequeño) no se nota, pero al poner los implantes, los músculos no pueden sujetar el peso, y se marca un "canalillo" muy poco atractivo.
No mientas sobre lo que fumas
Es algo muy común. Si el médico te pregunta cuánto fumas, le dices la mitad (o menos) de lo que fumas en realidad. Pues en el caso de la cirugía estética este punto tiene especial importancia, ya que la sangre de los fumadores tiene menos contenido de oxígeno, lo que dificulta la curación y la adherencia de los tejidos después de, por ejemplo, un lifting.