Cirugía plástica o estética
Existe información de que ya los egipcios y los hindúes usaban técnicas de reparación para paliar los efectos de las heridas causadas por la naturaleza u otros hombres, en el siglo VII a. de C.
El uso de la cirugía plástica fue muy relevante durante la Primera Guerra Mundial pues fue muy utilizada para minimizar el efecto de las terribles heridas que sufrían los soldados.
Después de la guerra el uso de la cirugía plástica empezó a crecer y a ser usada por personas que querían mejorar su aspecto y paliar el efecto del paso del tiempo.
Con el tiempo esta disciplina ha ido ampliando su campo de actuación y hoy día es posible recurrir a ella para cambiar casi todo lo que no nos guste de nuestro cuerpo.
Desde otro punto de vista no es lo más aconsejable usar la cirugía plástica para corregir cada pequeño defecto de nuestro físico. No cabe duda que vernos bien supone sentirnos bien, pero lo más importante es aprender a aceptarnos como somos y recurrir a la cirugía solo en casos en los cuales nuestra salud esté comprometida o en los casos en los que la mejora de la autoestima (no la frivolidad) justifique su uso.
Los adictos a la cirugía plástica deben de ser conscientes de que cada intervención tiene su riesgo para la salud.
Subdivisiones de la cirugía plástica
La cirugía plástica o estética se ha ido especializando en diferentes áreas:
Cirugía plástica reparadora: esta especializada en reparar, disimular o reconstruir los efectos producidos en el cuerpo debido a un accidente, una enfermedad, quemaduras, tumores, etc. Hace uso del transplante y movilización de tejidos mediante injertos o colgajos.
Cirugía plástica estética: la diferencia de esta cirugía con la reparadora es que los pacientes están sanos y quieren cambiar o mejorar algunas partes de su cuerpo que no les resultan satisfactorias o luchar contra los efectos que el paso de los años va dejando en el cuerpo.
Adictos a la cirugía plástica
Los avances en cirugía plástica son continuos y cada vez son más las personas que recurren a ella para reconstruir su cuerpo y dejarlo tal y como les gustaría verse sin realizar demasiados esfuerzos.
Aunque cueste de creer son muchos los adictos a la cirugía plástica, tanto hombres como mujeres, y recurren a ella para modelarse como si se tratasen de esculturas vivientes.
Pensamos que los famosos son los que más padecen esta adicción pero cada vez más la gente "normal" se están convirtiendo en adictos a la cirugía plástica.
Conseguir un cuerpo diez sin esfuerzo, sin dietas ni gimnasios es el sueño de muchos.
Aumentar o reducir los pechos, de acuerdo a las tendencias de la moda, es algo cada día más normal.
Corregir la nariz, aunque no tenga ningún problema, los labios y por supuesto quitar las arrugas que el paso del tiempo nos va regalando, es tan normal para algunos como ir a la compra.
¿Hay cura para la adicción a la cirugía plástica?
Los adictos a la cirugía plástica no piensan en buscar otras alternativas que les proporcionarían buenos resultados sin riesgos para su salud y, por supuesto, su economía no sufriría tanto.
Para que haya cura para los adictos de la cirugía plástica es indispensable que estas personas reconozcan que tienen un problema. La mayoría argumentan que se trata, simplemente, de un tema de prioridades en la vida. Ellos prefieren gastar el dinero en sentirse bien y no en otras cosas (automóviles, fumar, muebles, etc.)
Eso, por un lado, sería cierto si no fuera porque detrás de la mayoría de casos de adictos a la cirugía plástica hay una gran falta de autoestima. Piensan que la gente solo valora el físico y creen que "con unos retoques" todo el mundo buscará su compañía y que será admirado por todo el mundo.
En el fondo es una búsqueda, externa, de aceptación. Cualquier terapia que nos ayude a reflexionar y a ver que los demás nos aceptan como somos... siempre que nosotros también aceptemos a los demás sin juzgarles por su aspecto.
En el peor de los casos...
No obstante si se desea recurrir a la cirugía plástica debemos buscar, siempre, profesionales que nos merezcan confianza y de reconocida y probada seriedad, pues estas operaciones no están carentes de riesgos y no debemos ponernos en manos de cualquiera.
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